Descripción:
En varios países del mundo y en particular en América Latina y Colombia, las áreas rurales son a su vez depositarias de buena parte de la población indígena, afro-descendiente y ROM. Estas poblaciones tienen en su relación con la tierra parte de sus tradiciones culturales, que van desde su vinculación espiritual con el medio ambiente hasta las técnicas de cultivo y la producción y preparación de los alimentos.
“La tierra” se establece como el epicentro de las tradiciones ancestrales de los pueblos indígenas, al igual que como un lugar de referencia y un sinónimo de autonomía y libertad para las poblaciones afro-descendientes. En este sentido, el rol de las mujeres en el ámbito rural no puede ser visto exclusivamente desde la óptica del desarrollo económico, puesto que la importancia que tienen ellas en aspectos tan importantes como el cuidado y la crianza de los niños y niñas, la trasmisión de las tradiciones a las generaciones más jóvenes y la memoria histórica de sus comunidades, las hace constituirse el un elemento importante para la conservación y la promoción de las tradiciones culturales.