
La Alcaldía Local de Usme, en cabeza de la alcaldesa local Leidi Marcela Pinilla, puso al servicio de la comunidad seis intervenciones que hoy mejoran la movilidad, el encuentro comunitario, el espacio público y el entorno ambiental de la localidad. Estas entregas marcan el inicio de la “Ruta del Progreso”, una estrategia local que visibiliza las obras que ya están terminadas y funcionando en el territorio, con un fuerte énfasis en el servicio a la gente y en la transformación cotidiana de los barrios.
Durante el recorrido, la mandataria local estuvo acompañada por el subsecretario de Gestión Local de la Secretaría de Gobierno, Eduardo Andrés Garzón, quien participó en tres de los seis puntos y destacó el trabajo articulado entre el Distrito y la administración local para sacar adelante proyectos que protegen la vida y la movilidad peatonal en sectores vulnerables de Usme. “La Ruta del Progreso nace para mostrarle a la comunidad que las obras están listas y al servicio, que la inversión pública sí se ve y se siente en el territorio”, señaló la alcaldesa Leidi Marcela Pinilla.
Las entregas incluyeron nuevos puentes peatonales, vías locales, un salón comunal de cuatro niveles y la intervención de un punto crítico de residuos, con beneficios concretos para más de 40.000 habitantes de la localidad. El énfasis estuvo puesto en escuchar a la comunidad, recorrer con ella cada obra y resaltar que estos proyectos ya están cambiando la forma en que se mueven, se encuentran y habitan el territorio.
En materia de movilidad peatonal segura, la Ruta del Progreso arrancó con tres puentes claves para la localidad. El nuevo puente peatonal de Monteblanco sobre la quebrada Yomasa beneficia a más de 12.500 habitantes, que ahora cuentan con un cruce seguro y digno para sus trayectos diarios. Un nuevo puente entre Santa Librada Norte y La Sureña mejora la movilidad de más de 15.000 personas, entre ellas estudiantes del IED Santa Librada, el IED Almirante Padilla y usuarios de la Unidad de Servicios de Salud Santa Librada; en este caso, se reemplazaron pasos artesanales e inseguros, reduciendo el riesgo de accidentes, especialmente en temporada de lluvias. Un tercer puente, puesto al servicio de los barrios Casaloma, Chuniza y La Fiscala, transforma las condiciones de acceso para cerca de 15.000 habitantes que durante años dependieron de pasos improvisados para cruzar la quebrada.
“Antes la gente se arriesgaba pasando por pasos precarios; hoy tenemos puentes seguros que les dan tranquilidad a las familias, a los estudiantes y a quienes salen a trabajar. Así empieza la Ruta del Progreso en Usme: con obras que protegen la vida”, afirmó la alcaldesa local.
La jornada también incluyó la entrega a la comunidad del nuevo salón comunal de Villa Alemania II, una infraestructura de cuatro niveles con una inversión cercana a los 2.800 millones de pesos, proyectada para beneficiar a más de 800 personas. Este espacio está pensado para actividades culturales, recreativas, deportivas y de participación ciudadana, y será un punto de encuentro para procesos comunitarios, grupos juveniles y personas mayores. “Este salón comunal será la casa grande de la comunidad; aquí caben la cultura, el deporte, la organización social y todas las iniciativas que tejen barrio y fortalecen el sentido de pertenencia”, resaltó Leidi Marcela Pinilla.
Uno de los hitos más significativos de la Ruta del Progreso fue la recuperación del punto crítico Betania–Yomasa, en la UPZ Gran Yomasa, un lugar que durante años acumuló residuos y afectó la calidad del entorno. Allí, en articulación con entidades distritales como Promoambiental, la UAESP y las oficinas de la Alcaldía Local de Usme como ambiental, gestión del riesgo, parque automotor y seguridad y convivencia adelantaron una intervención integral que incluyó limpieza profunda del sector, recolección de basuras y residuos voluminosos, adecuación del espacio, siembra de plantas y la construcción de un pequeño jardín sobre el muro, acompañado de mensajes pedagógicos sobre el manejo adecuado de residuos. Además, se realizaron acciones de sensibilización con habitantes y comerciantes del sector, así como jornadas de control para evitar que el punto vuelva a ser utilizado como botadero. “Una Usme más limpia la hacemos entre todos. Cada metro cuadrado que recuperamos, cada planta que sembramos y cada bolsa de basura que sale de un punto crítico es una señal de respeto por el territorio y por nuestros vecinos”, enfatizó la mandataria local.
En el sector de Doña Liliana, la Ruta del Progreso incluyó la entrega de nuevas vías locales que hoy impactan positivamente a más de 700 habitantes, con una inversión cercana a los 1.400 millones de pesos. Las obras contaron con la participación de 66 trabajadores, de los cuales 14 son residentes de la localidad, generando oportunidades de empleo y fortaleciendo la economía del territorio. Estas vías mejoran el acceso, reducen los tiempos de desplazamiento y facilitan la conexión con otros barrios y servicios de la ciudad.
El subsecretario de Gestión Local, Eduardo Andrés Garzón, resaltó la importancia de esta estrategia: “Las obras, en esta administración, en cabeza de nuestro alcalde mayor, Carlos Fernando Galán, no se quedan en el papel: se entregan, se usan y se sienten en la vida diaria de la comunidad, porque aquí sí pasa”.
La Ruta del Progreso se consolida así como una apuesta de gestión local que reúne obras de infraestructura social, movilidad, espacio público y ambiente bajo una misma narrativa: la de una Usme que avanza con hechos y que reconoce el esfuerzo de sus comunidades por cuidar y apropiarse de estos lugares. “Nuestra prioridad siempre ha sido que cada peso invertido se traduzca en bienestar real. Estas entregas son un mensaje claro: en Usme el progreso se mide en puentes seguros, vías dignas, salones comunales llenos de vida y espacios recuperados para la gente”, concluyó la alcaldesa Leidi Marcela Pinilla.
Con estas primeras entregas, la Ruta del Progreso inicia su camino como una estrategia que seguirá recorriendo los barrios de Usme para destacar las obras que conectan, protegen y dignifican la vida de la comunidad.